Hoy celebramos el aniversario del nacimiento de Bonifacia. Ella dio inicio al proyecto que hoy nos compromete e ilusiona a toda la Familia Josefina. De ella aprendemos el valor del trabajo digno, de la fe enraizada en lo cotidiano, del amor hecho compromiso.
Bonifacia una mujer que nos inspira para impulsar caminos de dignificación y empoderamiento de las mujeres, especialmente de las más pobres. Con ella seguimos construyendo vida y esperanza, sueños y cambio en el día a día de nuestra historia.
Tere Nieto, LJ (Zamora)
Almudena Prieto, ssj (Zamora)
Laura Guillén, ssj (Granada)
UNHA MULLER BONIFACIA
Ti es terra preparada para a sementeira que fai o sementador,
garantía de que abrollará algún día,
e o froito será bendición para moitas persoas.
Naces entre teares e sabes de labrega,
como se fora doado para todas tecer coas mans
e labrar a terra de cada unha mentres está tecendo.
Fas o urdido con fíos finos de liño
fiados nos tempos recios coa axuda do Amo do teu tear.
A lanzadeira coma unha barca, vai e vén co son do teu canto de loanza
coma se brincara no aire dos tempos mellores.
Compartes o tecido con algunhas que non comprenden
o teu fiar tan selecto e o teu estar cantareira.
Pasas da mañá á noite tecendo a tea que te cubra a ti
e te protexa das linguas, que feren e humillan,
e dos aires fríos do averno que xean a alma para o servir leda.
Da Muller do Carpinteiro aprendes a tecer con fíos divinos,
regalo de Deus para quen o busca.
As que están contigo
non acaban de comprender o teu tecido, por máis que ti o vivas,
e prefiren que te vaias.
Elas seguen tecendo con enfiadas gordas
que nubra o encanto e a beleza de labregas da propia leira.
Son vítimas da ignorancia e do poder doutros,
que nada axuda a facer luz no seu labor
nin a labrar a terra na que Deus sementa.
Alí queda o teu recendo que te fai presente
e contigo vai a lembranza do teu lar.
Compañeira ata o final.
Na nova casa continúas o tecer miudiño mesturado con humildade,
feito con paciencia , movido por a fe e o traballo do Taller de Nazaret
e regado por o amor con que Deus te rega a ti.
Moitas mulleres saborean contigo as túas artes
e de ti aprenden a apoiarse nos seus pés,
a perdoar sempre e a servir con corazón grande
porque no seu ser aniña a empresa da súa vida.
A que ti lle descubres e da que elas foran apartadas.
Ese Tear herdámolo nós, chamadas a tecer e labrar a nosa terra.
É coma un tesouro atopado no campo,
seducidas por vender todo e mercar a leira.
Ditosas nós que entendemos isto e soñamos facelo vida
e ditosa Bonifacia por a túa fidelidade á luz en situacións moi adversas.
Carme F. Yañez
UNA MUJER BONIFACIA
Tú, Bonifacia, eres tierra preparada para la siembra que hace el sembrador,
garantía de que brotará algún día
y el fruto será bendición para muchas personas.
Naces entre telares y sabes de labradora,
como si fuera fácil para todas tejer con las manos
y labrar la tierra de cada una mientras está tejiendo.
Haces el urdido con hilos finos de lino
hilados en los tiempos recios con la ayuda del Amo de tu telar.
La lanzadera, una barca, va y viene al son de tu canto de alabanza
como si celebrara los tiempos mejores.
Compartes el tejido con otras que no comprenden
tu hilar tan selecto y tu estar cantarina.
Pasas de la mañana a la noche tejiendo la tela que te cubra
y te proteja de las lenguas, que hieren y humillan,
y de los aires fríos del invierno que hielan el alma para servir contenta.
De la Mujer del Carpintero aprendes a tejer con hilos divinos,
regalo de Dios para quien lo busca.
Algunas de las que están contigo
no acaban de comprender tu tejido, por más que tú lo vivas,
y prefieren que te vayas.
Ellas siguen tejiendo con hebras gordas
sin el encanto y la belleza de labradoras de la propia finca.
Son víctimas de la ignorancia y del poder de otros sobre ellas,
que nada le ayuda a hacer luz en su labor
ni a labrar la tierra en la que Dios siembra.
Allí queda tu aroma que te hace presente y es para ti un recuerdo perenne.
En la nueva casa continúa el tejido del detalle mezclado con humildad,
hecho con paciencia, movido por la fe y el trabajo del Taller de Nazaret
y regado por el amor con que Dios te riega a ti.
Muchas mujeres saborean contigo tus artes
y de ti aprenden a apoyarse en sus propios pies,
a perdonar siempre y a servir con corazón grande
porque en su ser anida la empresa de la vida.
La que tú le descubres y de la que ellas han sido apartadas.
Ese Telar lo heredamos nosotras, llamadas a tejer y labrar nuestra tierra.
Es como un tesoro encontrado en el campo,
seducidas por vender todo y comprar la finca.
Dichosas nosotras que entendemos esto y soñamos hacerlo vida
y dichosa Bonifacia por tu fidelidad a la luz en situaciones muy adversas.
Carme F. Yañez
Que Santa Bonifacia nos consiga esa sabiduría y fidelidad para seguir tejiendo encuentros y labrar corazones para sembrar en ellos el AMOR que nutre y vivifica. Feliz día, familia josefina. Gracias Carmen Yañez por compartkr tu inspiración
ResponderEliminar